Sexo anal (Edward J. Croswell)

Sexo anal - Que sea ella quien lo pide
Cuando ella dice NO
El problema relacionado con el sexo anal que este libro resuelve es el rechazo categórico de las mujeres dentro el matrimonio que lo consideran un insulto a la propia decencia. Este libro enseña una técnica para estimular el Punto G anal (desde la vagina) que se encuentra en el perineo de la mujer para procurarle un orgasmo anal. Luego de haber probado el placer infinito che llega a su cuerpo con este tipo de orgasmo será ella quien pide el sexo anal a su marido. La excelencia de este método es que para ponerlo en práctica, es suficiente hacerle sexo oral a la mujer y estimularlo desde la vagina, sin la necesidad de tocar su ano o de penetrarlo.
Es ella que sintiendo el placer y las contracciones que se crean durante el orgasmo empieza a informarse a cerca del placer del sexo anal, para proponerlo; sin que el hombre tenga siquiera que decirle a la mujer que lo desea. Se trata de la forma más elegante de obtener el sexo anal dentro el matrimonio que haya jamás existido.
Edward J. Croswell


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El rechazo categórico
He visto con mis propios ojos cientos de mujeres que se han negado en forma absoluta al sexo anal durante 10 o 15 años con el marido, enloquecerse luego de haberlo probado con el sexo anal.

Yo mismo escuché a 4 mujeres decir "Quiero esto, quiero esto, es esto lo que me gusta, es que me hagan el culo. Me gusta esto.". Se trataba de mujeres que creaban peleas imposibles y absurdas solo si se hablaba de sexo anal. Mujeres que delante de cualquier propuesta que mirara el sexo anal replicaban "Si me quieres realmente tienes que renunciar al sexo anal y a que te haga sexo oral".

Esto es lo que sólo este libro resuelve y lo resuelve de forma maravillosa. De técnicas sobre como hacer el sexo anal para no lastimar a tu compañera hay cientos en miles de sitios internet y en cientos de libros. En todo caso el problema de la mayor parte de los hombres no es como hacerlo, sino como llegar a que la mujer acepte probarlo.

En la mayor parte de los matrimonios: la propuesta del hombre para hacer sexo anal viene recibida como un insulto a la decencia de la mujer. La consecuencia de esto es una pelea o un alejamiento entre ambos. El problema no se termina ahí, porque el hecho que el hombre lo haya propuesto permanece como un problema no resuelto entre ambos y este problema vuelve a aparecer cada vez que se habla de sexo; con frases del tipo "Yo no soy una puta, si lo que quieres es una puta era mejor que eligieras a otra" o "No puedes pretender todo. Una mujer decente, que te respeta y no te es infiel y que te ama como te amo yo y que luego en la cama se comporta como una prostituta".

El problema real de esto no es que una mujer lo desee o no. El problema real es que luego que lo prueban 3 veces se enloquecen. Los orgasmos que consiguen son increíbles y les encanta. Lo que yo digo es "Que pecado haber perdido 15 años peleando para evitarlo a cualquier costo".

Un amigo mio estuvo casado 15 años con una mujer que se enfurecía solo si alguien lo nombraba y que lo consideraba una locura de masoquistas cuando las amigas le decían que uno o el otro hombre las había sodomizado. Luego de haberlo experimentado con el marido y haber gozado dijo "Nunca habría imaginado que el culo podía ser tan excitante". El marido respondió - Que lástima haber perdido 15 años detrás de tu rechazo por algo que no conocías.

Luego de haberlo probado, lo hacían una vez por semana y luego de 2 meses ella comenzó a hacerle también sexo oral y hacerse venir en la boca cada vez que lo hacía.

Probarlo no significa estar obligada a hacerlo
Que una mujer haya probado a hacer sexo anal no significa que luego deba hacerlo cada vez que el marido se lo propone. Significa que puede hacerlo cada vez que quiere gozar de esta manera.

Lo excelente del método que Edward propone es que, desde el momento que nos dice como individuar el Punto G anal dentro el perineo y explica como estimularlo a través de la vagina, nos da la posibilidad de hacerle experimentar a las mujeres un orgasmo anal sin siquiera tocarles el ano y sin la necesidad de pedirles permiso para hacerlo.

El orgasmo anal
Es diferente del orgasmo que se obtiene con la estimulación del clítoris y es también diferente al que se obtiene con la estimulación del Punto G vagina y la consecuencia eyaculación femenina o squirt (que viene explicado también en el libro). Durante los otros orgasmos la mujer cambia modo de respirar y acaba con jadeos. Durante el orgasmo que se obtiene con la estimulación de éste punto del perineo la mujer grita emite gemidos como si llorase o si se lamentara. He visto mujeres acostadas boca abajo con las piernas abiertas acabar gritando mientras aferraban con las manos las almohadas. Que luego de acabar se apoyaban en la cama quedando en la misma posición diciendo "Yo no consigo moverme, no consigo moverme de lo enloquecida que estoy por cuanto gozo tuve con este orgasmo".

2 comentarios:

  1. Estoy en la última fase. Squirt y masturbación de la mujer ha funcionado bien pero la del Punto G del perineo me está creando problemas. No entiendo bien como lo tengo que estimular. Siento a veces un músculo que se tensiona pero, luego la tensión desaparece. Además cuando ella llega al orgasmo hace gemidos como si sufriera y luego queda como incapaz de hablar por algunos segundos.
    Me mira como si tuviese miedo de mi y me pide inmediatamente que le penetre (la vagina, no el ano). Credo que estoy haciendo algo mal.

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  2. Yo estoy en la misma fase, solo que luego del orgasmo ella me abraza y me besa con desesperación pero no me pide el sexo anal. Es como si tuviese necesidad de abrazarse a mi para reequilibrarse. Me pide sexo continuamente pero del culo no me dice nada.

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